Por José
Yorg, el cooperario.
“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”. Salvador Allende.
“Hay momentos en que el pueblo sintetiza en la
acción los pasajes más significativos de su historia”. Agustín Tosco.
El presidente de TECNICOOP, Lic. Roque Arguello,
visitó por segunda vez la localidad
chaqueña de Las Palmas, localidad ubicada a sólo 80 kilómetros de Resistencia,
la capital de la Provincia del
Chaco-Argentina-, en el marco de encuentros con referentes comunitarios
y políticos con el objetivo de intercambiar experiencias y saberes, con miras a
construir alianzas programáticas.
Un poco
de historia y objetivos
Según coincidencias de historiadores y ensayistas,
fuentes en quienes seguimos y nos nutrimos para elaborar este artículo: “El Ingenio las Palmas, o "Ingenio
Azucarero Las Palmas del Chaco Austral", fundado por los hermanos
irlandeses Richard y Charles Hardy en 1882, llegó a tener una extensión de 80.000
a 100.000 hectáreas, obtenidas como concesión del gobierno nacional en lo que
era en esa época la gobernación del Chaco, en la margen derecha del Rio
Paraguay”*.
Una avanzada del imperio ingles en el Siglo XIX de su
expansión capitalista industrial en Latinoamérica.
Los hermanos irlandeses,
luego de varias exploraciones, logran instalar el ingenio azucarero, y contaron
con mano de obra local, barata y abundante de aborígenes -, correntinos,
paraguayos y luego de otras latitudes. Se construyeron, al estilo
industrialista inglés en sus colonias, edificios destinados a la administración
y casas para el personal, montaron talleres de carpintería, herrería, fábrica
de ladrillos, etc. ,y por supuesto, la Casa Grande, la mansión de los Hardy: Un
poder en sí mismo. Un Estado dentro de otro Estado.
En este emporio
agro-industrial y feudal, sin embargo, se montó, en primer lugar en Argentina,
incluso se sostiene de Latinoamérica, un
generador de energía eléctrica, y también ferrocarril de trocha angosta.
Sigamos a Reseña
histórica de la ciudad de las palmas y fotos, ((http://luzargentina.ar.tripod.com/luz.argentina/id7.html), nos narra que “como
pocos en el mundo poseían su propio papel moneda denominada “plata blanca” que
cotizaba en las bolsas de los grandes centros económicos.
“El tren recorría más de 200 kilómetros para
acarrear los cortes de caña de azúcar hacia el ingenio azucarero, desmotadora de algodón, fábrica de aceite,
papelera, fábrica de alcohol, curtiembre matadero, fundición, fábrica de
tanino, logró establecer un gran centro de comercialización que atendían todas
las necesidades de la población, se puso en marcha la primera fábrica de hielo
que existió en la actual Provincia. Entre otras cosas, luego de un pasado
brillante y de esplendor la industria azucarera se vino abajo y tras múltiples
penurias fue expropiada por el gobierno nacional en el año 1971”.
Como fuere, la crisis económica de la década de los
70 comenzó el largo y agónico derrumbe que culminó en 1993 con el remate de las
propiedades.
Al respecto del párrafo anterior nos ilustra Catriel
López Acosta en su artículo “Las Palmas: las ruinas del imperio” publicado en
el Diario Norte (http://www.diarionorte.com/article/103916/las-palmas-las-ruinas-del-imperio):
“Desempleo,
proyectos jamás concretados y los restos del ingenio azucarero como una espina
que se incrusta más a cada paso, explican una población decreciente y un
paisaje en ruinas. En contraste, anuncios millonarios para comenzar a tener la
infraestructura que reclaman autoridades y actores de la economía local,
parecen no alcanzar para devolver la esperanza a un pueblo que supo ser la Luz
de la Patria y que hoy se conformaría con ser un lugar de paso para la
producción paraguaya”.
“Desempleo y exilio”: Fueron 1.200 los despidos en el año 1991, cuando cerró el ingenio. Fue
el mayor despido masivo de la historia de la provincia. Fue un golpe mortal que
tiene a la localidad todavía agonizante. Según el censo del año 2001, en Las
Palmas vivían 5.434 personas. El censo del 2010 registró un 9,6% menos. Es
decir, 4.914 habitantes. Es decir, la gente se va. Y no es difícil entender por
qué. Hoy, para toda la gente que queda, en la localidad hay poco más de 100
empleados privados formales distribuidos en unas siete industrias medianas,
según la Cámara de Comercio del Departamento Bermejo”.
Tras los fallidos intentos de planes de reconversión
productiva e industrial, todo sigue igual, en la vía, como dice el dicho
popular. Cabe preguntarse entonces: ¿Por qué no se ha logrado sacar a Las
Palmas de su situación crítica?
Allí encontramos, en esa pregunta inquietante, el
comprometerse con la historia de un pueblo legendario y su pretendida
recuperación, la presencia modesta de TECNICOOP.
Esa recuperación sólo vendrá de la mano de la férrea
voluntad de sus pobladores, de lo profundo de sus convicciones de emprender una
lucha de todos y todas, de “una lucha de
todo un pueblo”, como dijera alguna vez el Prof. José María Blanco,
recordado activista de Gualeguaychú-Entre Ríos-, y su lucha contra la
contaminación papelera uruguaya.
Como siempre, esa contienda es contra poderosos
intereses que están en la sombra. Se deberá echarle luz entonces, claro, a
través de la propuesta “Proyecto Alternativo Participativo de Desarrollo
Endógeno Local e Integral”.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
* Carlos Mey ; http://www.histarmar.com.ar/Puertos/LasPalmas.htm
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